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Recetas paso a paso

Ajoblanco: receta de la abuela

¡Ajoblanco, una explosión de frescura en tu boca que te transportará a la cocina de la abuela! Fácil y rápido de preparar, este plato es un tesoro de la gastronomía tradicional. ¡Disfruta de su textura suave y su sabor auténtico en tan solo minutos!

Ingredientes necesarios

¿Preparado para sumergirte en el sabor tradicional del ajoblanco? ¡Vamos a descubrir juntos los ingredientes que han pasado de generación en generación!

ingredientes ajoblanco receta de la abuela
  • Almendras crudas – ¿Sabías que las almendras son el corazón de esta receta? Escoge las más frescas y aromáticas para un resultado excepcional.
  • Ajo – Un diente, o dos si te atreves, para dar ese carácter distintivo al plato.
  • Aceite de oliva virgen extra – No escatimes en calidad, ¡es el alma del ajoblanco!
  • Vinagre – Un chorrito de vinagre de Jerez, y te transportarás a los viñedos soleados del sur.
  • Agua fresca – La clave para una sopa fría refrescante. ¿Has probado a usar agua mineral? ¡Marca la diferencia!
  • Pan del día anterior – Aquí no se tira nada, y ese pan añejo es perfecto para darle cuerpo a nuestra sopa.
  • Sal – Justo lo necesario para potenciar todos los sabores y hacer que cada cucharada sea un viaje a Andalucía.

¿Y si le damos una vuelta de tuerca? Atrévete a incorporar un toque de comino o una pizca de pimienta blanca. ¡Experimenta y convierte la receta de la abuela en tu propia obra maestra culinaria!

Preparación paso a paso

¡Embárcate en un viaje al corazón de la cocina tradicional con este ajoblanco que es pura herencia! Comenzamos con el remojo de las almendras, que es más que un simple paso: es el inicio de un ritual que transformará esos frutos secos en el alma de nuestra sopa.

En cuanto al triturado de los ingredientes principales, te invito a que lo vivas como un acto de amor culinario. ¿Mi secreto? Imaginar que cada giro del triturador es una caricia a la memoria de la abuela, logrando una mezcla que nos hable de familia y tradición.

Ahora, la emulsión con aceite de oliva. ¡Hazlo con mimo! Vierte el aceite en hilo, como si estuvieras pintando un cuadro con pinceladas de oro líquido, hasta conseguir esa textura que acaricia el paladar.

Y no menosprecies la refrigeración antes de servir; es el descanso que necesita nuestro ajoblanco para alcanzar la perfección. ¡Dale su tiempo! Así, cuando lo sirvas frío, será como ofrecer un oasis en el desierto de los días calurosos.

¿Te gusta experimentar? Atrévete a añadir unas gotas de vinagre de Jerez o unas hojitas de menta fresca para un giro inesperado. ¡Tu ajoblanco, tus reglas!

elaboracion ajoblanco receta de la abuela

Trucos y consejos de la abuela

¡Déjate envolver por la magia de la cocina de la abuela con su legendario ajoblanco! Sumérgete en el aroma de las almendras seleccionadas con amor y descubre cómo un simple diente de ajo puede transformar una receta.

Desde pequeña, la abuela me enseñó que las almendras son el alma del ajoblanco. No te pierdas en un mar de opciones; busca aquellas almendras que al romperlas entre tus dedos desprendan un aroma que hable de tierras soleadas y de tradición. Y aquí va el secreto mejor guardado: si les dedicas una noche a remojarlas, se pelarán con un suspiro y se mezclarán en tu ajoblanco como un sueño.

En cuanto al ajo, ese compañero fiel de la cocina mediterránea, la abuela tenía un truco infalible: quitarle el corazón. Así, el ajo se convierte en un susurro en el paladar, sin dejar rastro más allá del sabor.

Con estos consejos de la abuela, cada cucharada de ajoblanco será un homenaje a la sabiduría de generaciones y un festín para los sentidos.

Receta

Ajoblanco de la abuela

Tiempo de preparación: 20 minutos más tiempo de refrigeración

Descubre el auténtico sabor del ajoblanco, una sopa fría que es un tesoro de la gastronomía andaluza, perfecta para refrescar cualquier comida veraniega.

Ingredientes

  • 200 g de almendras crudas
  • 1-2 dientes de ajo
  • 100 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 30 ml de vinagre de Jerez
  • 750 ml de agua fresca
  • 150 g de pan del día anterior
  • Sal al gusto

Instrucciones paso a paso

  • Comienza por pelar las almendras, si no las has comprado ya peladas. Para ello, escáldalas en agua hirviendo durante un minuto y luego refréscalas en agua fría. La piel se retirará fácilmente.
  • En un mortero o procesador de alimentos, machaca los dientes de ajo con un poco de sal hasta obtener una pasta. Añade las almendras y continúa triturando hasta que la mezcla esté finamente molida.
  • Incorpora el pan previamente remojado en agua y escurrido, y sigue triturando hasta obtener una masa homogénea.
  • Mientras sigues batiendo, añade poco a poco el aceite de oliva, como si estuvieras haciendo una mayonesa, hasta que la mezcla emulsione y adquiera una textura cremosa.
  • Por último, agrega el vinagre y el agua, rectifica de sal y mezcla bien. Debe quedar una sopa de textura suave y algo espesa.
  • Deja que el ajoblanco repose en la nevera durante al menos un par de horas antes de servir, para que esté bien frío y los sabores se asienten.
  • Sirve el ajoblanco en cuencos o platos hondos y, si lo deseas, acompáñalo con uvas blancas peladas o trocitos de melón como es tradicional en algunas regiones.

Notas:

  • Para un sabor más suave del ajo, puedes retirar el germen del interior de los dientes de ajo antes de triturarlos.
  • Si prefieres un ajoblanco más líquido, simplemente añade un poco más de agua hasta alcanzar la consistencia deseada.
  • Este plato se puede conservar en el frigorífico durante 2-3 días, pero es recomendable consumirlo fresco para disfrutar de todas sus propiedades.