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Recetas paso a paso

Ajoblanco almeriense (receta de Almería)

¡El ajoblanco almeriense te cautivará con su frescura y sabor inconfundible! Sumérgete en la sencillez de su preparación y disfruta de una textura suave y un gusto almendrado que enamora al paladar. Este plato, rápido de hacer y perfecto para los días estivales, será el tesoro de tu mesa y el deleite de tus comensales.

¿Qué es el Ajoblanco?

¡El ajoblanco es una auténtica joya de Almería! Imagínate disfrutando de una sopa fría que es pura historia y sabor, perfecta para esos días en los que el sol no da tregua.

Yo, que soy una apasionada de la cocina mediterránea, siempre recomiendo esta receta que lleva almendras crudas, ajo, pan de ayer, aceite de oliva virgen extra (¡imprescindible!), vinagre, agua y sal.

¿Sabías que el ajoblanco es un plato con raíces que se hunden en la época de los romanos? Cada vez que lo preparo, me siento parte de esa historia. Y tranquilo, que aunque suene gourmet, es de lo más sencillo de preparar.

Sigue mis consejos y conseguirás una sopa con una textura y sabor que te dejarán sin palabras. ¿Te animas a probarlo?

Ingredientes del Ajoblanco almeriense

¡Descubre el alma de Almería con cada cucharada de Ajoblanco! Este plato tan nuestro es una sinfonía de sabores que te transportará directamente a los soleados días de verano.

ingredientes ajoblanco almeriense

Aquí te dejo los ingredientes estrella para que conquistes a todos con tu versión de este clásico:

  • Almendras crudas – El corazón de la receta, selecciona almendras de calidad y sentirás la esencia de nuestra tierra en cada bocado.
  • Ajo – Añade ese punto picante y aromático que tanto caracteriza a nuestro ajoblanco. Recuerda, ¡el ajo es vida!
  • Pan del día anterior – Nuestro ingrediente mágico para una textura que acaricia el paladar. No lo subestimes, es más importante de lo que parece.
  • Aceite de oliva virgen extra – El toque de oro líquido que eleva el plato a otra dimensión. Un buen aceite es sinónimo de un ajoblanco inolvidable.
  • Vinagre – La chispa que despierta el sabor, un vinagre de calidad es el contrapunto perfecto para la dulzura de las almendras.
  • Agua – La pureza del agua es esencial, úsala fresca para que refresque tus sentidos en cada sorbo.
  • Sal – El toque final que armoniza todos los sabores. Encuentra el equilibrio perfecto y tu ajoblanco cantará en el paladar.

Si algo he aprendido de mi abuela es que las recetas están para hacerlas propias. Así que atrévete a añadir tu toque personal. ¿Has probado con unas gotas de limón o un poco de comino?

El ajoblanco es un lienzo en blanco esperando tu pincelada de creatividad. ¡Anímate y haz magia en la cocina!

Preparación paso a paso

¡Manos a la obra con el ajoblanco almeriense, tu próximo plato estrella! Imagínate disfrutando de esta sopa fría, que es pura magia en los días calurosos. ¿Te animas a probar?

  1. Empieza por el pan - ¿Te lo creerías si te digo que el pan de ayer es el inicio de algo grandioso hoy? Sumerge el pan en agua y deja que se empape bien. Mientras, prepárate para darle protagonismo a las almendras. ¡Ellas van a ser las reinas de tu ajoblanco!
  2. El arte del triturado - Coge ese mortero o batidora y ponte a triturar las almendras, el ajo, el pan escurrido, un buen chorro de nuestro preciado aceite de oliva, un pellizco de sal y un poco de vinagre y agua. ¿Mi truco? Imagina que estás pintando un cuadro con sabores, cada ingrediente aporta su pincelada a esta obra maestra.
  3. La paciencia en la refrigeración - Aquí es donde la paciencia se convierte en tu mejor aliada. Deja que el Ajoblanco repose en la nevera y se impregne de frescura. ¡Esa espera valdrá la pena cuando sientas su efecto revitalizante en cada bocado!

¿Has pensado en personalizar tu ajoblanco? Atrévete a añadirle tu toque personal con unos tropezones de fruta fresca al servir. ¡Cada cucharada será una fiesta para tus sentidos! Anímate a descubrir tu versión ideal de este clásico almeriense. ¿Empezamos?

elaboracion ajoblanco almeriense

Trucos y consejos

¡Descubrir cómo darle ese punto mágico al ajoblanco almeriense ha sido toda una aventura culinaria para mí! Recuerdo que al principio me costaba encontrar la consistencia ideal, pero con el tiempo aprendí que la clave está en la textura de las almendras y el pan. ¡Debe ser una mezcla homogénea y suave!

No puedo enfatizar lo suficiente la importancia del aceite de oliva. Un buen virgen extra no solo enriquece el sabor, sino que envuelve cada bocado en un abrazo cálido y mediterráneo. Es el toque dorado que transforma una simple sopa en una experiencia sensorial.

Y si hablamos de variantes y acompañamientos, ¡el cielo es el límite! Me encanta añadirle mi toque personal con unos crujientes trozos de manzana o unas avellanas tostadas. ¡Te invito a que te lances a la piscina de la creatividad y encuentres tu combinación ganadora!

Receta

Ajoblanco almeriense

¿Listo para un viaje al corazón de Almería con su ajoblanco? ¡Vamos allá! Esta receta es una joya de nuestra gastronomía y estoy emocionadísima de compartirla contigo.

Ingredientes

Los protagonistas de este manjar son:

  • Almendras crudas – 200 g de las más selectas, porque ellas son las reinas del Ajoblanco.
  • Ajo – 3 dientes, para ese puntito picante que nos encanta.
  • Pan del día anterior – 100 g, que aportará cuerpo y suavidad a nuestra sopa.
  • Aceite de oliva virgen extra – 100 ml, porque un buen Ajoblanco brilla con un aceite excepcional.
  • Vinagre – 30 ml, la chispa de sabor que no puede faltar.
  • Agua – 1 litro, que sea fresquita para combatir el calor.
  • Sal – ajusta al gusto, ¡pero no te pases!

¡Y no te olvides de los cubitos de hielo para la presentación final!

Instrucciones paso a paso

  • Comienza hidratando el pan con un poquito de agua, que se ponga tiernecito.
  • Si te atreves, pela las almendras tú mismo; te aseguro que el resultado es incomparable.
  • En el corazón de tu cocina, la batidora, junta las almendras, el ajo, el pan mojadito, el aceite de oliva, el vinagre y una pizca de sal.
  • ¡A triturar! Busca esa textura suave y cremosa, añadiendo el agua a tu ritmo.
  • Prueba y retoca de sal o vinagre hasta que te haga cantar de alegría. Yo lo prefiero fresquito y con alma.
  • Deja que el Ajoblanco tome un descanso en la nevera, mínimo una horita.
  • Para servir, escoge tus cuencos más bonitos y añade esos cubitos de hielo. Decora con unas uvas o melón si te sientes creativo.

El ajoblanco almeriense es un plato que habla de nuestra tierra y nuestras costumbres. Es versátil y se adapta a tus gustos. Así que experimenta con la textura y el sabor hasta que encuentres tu versión perfecta. ¡Disfruta de este tesoro almeriense y comparte tu experiencia!